Colombia continúa experimentando una tendencia positiva en la lucha contra la inflación. Según los datos más recientes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la inflación anual en septiembre de 2024 se situó en un 5,81%, marcando el tercer mes consecutivo de descenso en este indicador. Este valor, el más bajo registrado desde diciembre de 2021, supone un alivio para los hogares colombianos, que enfrentaron cifras inflacionarias más elevadas durante los últimos dos años.
Causas de la desaceleración
El descenso de la inflación en los últimos tres meses refleja el impacto de las medidas económicas y monetarias que el gobierno y el Banco de la República han implementado para controlar el aumento sostenido de los precios. La política de incremento de tasas de interés ha logrado moderar el consumo y reducir la presión sobre los precios. Sin embargo, sectores clave como la educación, el alojamiento, los restaurantes y los servicios públicos continúan enfrentando incrementos importantes en sus costos.
En septiembre, la división de educación lideró las alzas, con un aumento del 1,93%. Este incremento responde principalmente al reajuste en las tarifas de matrículas y otros servicios relacionados con la educación superior. Por otro lado, el sector de recreación y cultura mostró una disminución del 0,26%, siendo uno de los pocos rubros que presentaron una variación negativa durante el mes.
Comparación interanual y por sectores
i se compara con el mismo período del año anterior, cuando la inflación anual se encontraba por encima del 10%, la reducción actual al 5,81% representa una mejora notable en la estabilidad de los precios. Sin embargo, aún hay sectores que siguen contribuyendo de manera significativa a la inflación general, como el alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles, que presentaron un aumento del 0,46% en septiembre. Esta situación afecta directamente a los costos de vida de los hogares colombianos, quienes continúan destinando una parte considerable de sus ingresos a cubrir servicios básicos.
El rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas, que fue uno de los más golpeados en 2023, ha mostrado una estabilización gradual, aunque sigue siendo una categoría volátil. Esto es especialmente relevante para las familias de menores ingresos, que destinan un mayor porcentaje de su presupuesto a la compra de alimentos. A medida que la inflación en este sector disminuye, se espera un alivio en la presión sobre los consumidores.
Proyecciones y retos a futuro
A pesar de la desaceleración inflacionaria, el Banco de la República sigue monitoreando de cerca la situación. Los economistas advierten que, aunque la inflación ha bajado, es importante mantener una política monetaria prudente para evitar nuevos repuntes, especialmente ante factores externos como la volatilidad en los precios de los combustibles o las tensiones geopolíticas que pueden afectar los mercados internacionales.
El Banco de la República ha mantenido una postura restrictiva, con tasas de interés elevadas, para reducir el consumo y la demanda interna. Si la inflación sigue bajando en los próximos meses, no se descarta que el banco central opte por flexibilizar gradualmente su política monetaria, permitiendo una posible reducción de las tasas de interés en el mediano plazo. Esto podría estimular nuevamente el consumo y la inversión, impulsando la economía.
No obstante, los expertos coinciden en que el reto sigue siendo contener los costos de servicios básicos, que impactan directamente en los hogares de menores ingresos. A largo plazo, se espera que el gobierno continúe trabajando en políticas que promuevan la estabilidad de precios y aseguren un crecimiento económico sostenido.